Los dos amigos.
Juan y Gonzalo,
que vivían juntos
Fueron
llamados por su tío ausente
Para que
a la ciudad, urgentemente,
Fuesen a
compulsar ciertos asuntos.
Gonzalo
ensilla su fogoso bayo
Y parte
como un rayo.
Juan,
para dirigirse a su destino
Un par de
bueyes unce a su carreta,
Se sienta
al tronco del timón y reta
Al
cansancio, al calor y al mal camino.
La bestia
de Gonzalo se detuvo
Cuando
cansada estuvo.
Pero el
no da la importancia al incidente,
Se baja
del corcel y no se altera,
Pues sigue
su camino a la carreta
Devorando
distancias velozmente.
Más
también cayó al suelo desmayado,
Sudoroso
y cansado.
Y llego
Juan al sitio del fracaso.
A Gonzalo
recoge diligente,
Lo sube a
la carreta suavemente
Y siguió
su camino, paso a paso.
Es mejor
la carreta de mi historia
Que un
caballo fogoso que se cansa.
Que la
perseverancia siempre alcanza
Tarda,
pero segura, la victoria.
León Sigüenza
Debemos
de entender que cuando más rápido corremos por la vida , en
actividades cotidianas podemos no hacer las cosas muy bien, pues es mejor hacer
las cosas lentas pero seguras, corriendo no llegaremos tan lejos.
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